El volante de Boca pasó por el quirófano por la lesión que sufrió en el peroné izquierdo, el domingo ante Banfield. Se calculan tres meses de baja.
Nada empañará la alegría de haber vuelto a gritar campeón. Tras la dura eliminación del miércoles en la Copa Libertadores, Boca mostró otro carácter en San Juan y, pese a no jugar bien, logró uno de los dos objetivos planteados al comienzo de la temporada. De todos modos, no todas fueron buenas para el Xeneize en el partido frente a Banfield. La excursión por Cuyo dejó a varios futbolistas averiados que podrían perderse el retorno del plantel a las prácticas, el 27/1, e incluso el reinicio de la competencia oficial a partir del 14/2, la segunda edición de la Copa Maradona.
Pero el caso que más preocupa, sin dudas, es el de Diego González. El Pulpito se jugó la vida en un cruce ante Martín Payero y, aunque logró bloquear un remate franco del volante del Taladro, se llevó la peor parte. El ex Lanús llegó a desviar el tiro con la punta de su botín y, al volver a apoyarlo sobre el césped, sufrió una torcedura que lo obligó a dejar la cancha pese a que Boca jugaba con diez y ya no tenía más cambios.
