A veces, los verdaderos líderes no son los que ganan elecciones. Son los que, incluso en la derrota, tienen la grandeza de escuchar, reconocer y actuar en consecuencia. Ayer, La Quiaca no solo celebró un comicio: protagonizó una escena de madurez democrática, donde la voluntad ciudadana impuso un giro inesperado y contundente. Y el intendente Dante Velázquez, lejos de resistirse a esa señal, la tomó con humildad, respeto y coraje.
La fuerza MUI (Movimiento Único Independiente) alcanzó un triunfo admirable, sin estructura partidaria fuerte, sin local visible, sin aparato logístico, pero con algo poderoso: la esperanza. El deseo de cambio. La búsqueda de una representación auténtica. Ese mensaje fue escuchado con claridad. No solo lo dice el conteo de votos. Lo confirma la voz más autorizada de la ciudad: el propio intendente.
En una muestra de nobleza política inusual, Dante Velázquez felicitó a los ganadores, reconoció la derrota parcial de su espacio, Jujuy Crece, que obtuvo un escaño en el Concejo con Silvano Velázquez, y anunció que abrirá su despacho para recibir a los concejales electos del MUI hoy mismo, escuchar sus ideas, recoger sus críticas y colaborar activamente desde ahora hasta el final de su mandato en 2027.
“Escuché la voz del pueblo. Me disculpo por aquellas percepciones que no supe interpretar. El cambio es evidente y yo no puedo no entenderlo. Hoy lo comprendo. Y, más allá de lo electoral, jamás bajaré los brazos. Seguiré sirviendo a La Quiaca con el alma”, expresó Dante con honestidad.
Un mensaje que reconcilia
Este gesto no es retórico. Es la base de una política distinta, conciliadora y comprometida. La misma que logró, en apenas dos años, dar vuelta décadas de atraso, recuperar la dignidad urbana, organizar el caos y abrir un gobierno que, con aciertos y errores, siempre estuvo al lado de su gente.
Pero Dante Velázquez entiende que eso no bastó. Que la comunidad quiere más. Quiere otra sensibilidad, otra audacia, otra forma. Y, en vez de cerrar filas o parapetarse en la gestión, decidió abrir las puertas, invitar a los nuevos actores y preparar los cambios que hagan falta.
Este lunes por la mañana, cuando reciba a los representantes del MUI, no será un acto protocolar. Será un gesto fundacional. Una declaración de principios. Porque cuando la democracia triunfa, todos ganan. Y Velázquez, a pesar del resultado, eligió ganar con su pueblo, no contra él.
La política como servicio, no como trinchera
La fuerza MUI desembarca en La Quiaca y Dante Velázquez les tiende la mano, no les levanta un muro. Porque sabe que gobernar no es resistir, sino acoger. Que ser intendente no es mandar, sino cuidar. Que lo más revolucionario hoy, en un país crispado y en crisis, es no dividir.
En tiempos donde muchos solo se atrincheran en su ego, Dante se muestra humano, dolido, pero de pie. Reconoce que la gestión necesita ajustes. Que hubo cosas que no vio. Y promete corregirlas, con firmeza y con humildad.
“Los abrazo”: la frase que sintetiza una nueva etapa
Al final de su declaración, una frase quedó flotando:
“A los vecinos del MUI, los abrazo. Han triunfado. Han mostrado el camino. Y yo los acompañaré.”
Ese mensaje, tan sencillo como profundo, desarma cualquier prejuicio. Y marca un rumbo: el de una ciudad que no se fragmenta, sino que se reconstruye desde la pluralidad. El de un intendente que no solo gobierna, sino que aprende, reconoce, integra y sigue.
Dante Velázquez no claudica. No se esconde. No simula. Se presenta como es: con errores, con aciertos, con humanidad. Y promete que los días que vienen serán mejores, porque serán compartidos.
Hoy La Quiaca puede decir, con orgullo: ha triunfado el pueblo. Ha ganado la democracia. Y Dante Velázquez lo honra con hechos, no solo palabras.