En medio de un invierno riguroso que golpea con fuerza a toda la Puna jujeña, el municipio de La Quiaca, bajo la conducción del intendente Dante Velázquez, continúa profundizando su política de cuidado comunitario con una nueva jornada de desayunos solidarios, una iniciativa pensada para acompañar a quienes más lo necesitan en este contexto de temperaturas extremas.
Desde tempranas horas de la mañana, equipos municipales y voluntarios preparan infusiones calientes, pan casero, mate cocido y alimentos nutritivos para distribuir en diversos puntos de la ciudad. Esta acción, que ya se convirtió en una rutina en los días más fríos, busca no solo llevar un plato de comida a quienes enfrentan la vulnerabilidad, sino también sostener la cercanía y el abrigo humano.
“El frío en La Quiaca no es un dato anecdótico. Es una realidad que condiciona la vida diaria, especialmente de niños, adultos mayores y personas en situación de calle o vulnerabilidad. Por eso, el municipio no puede mirar para otro lado. Estos desayunos son un gesto concreto de solidaridad”, expresó el intendente Velázquez durante la última jornada de entrega.
La iniciativa forma parte de un conjunto de medidas sociales que la Municipalidad viene implementando para garantizar el acompañamiento a los sectores más afectados por la crisis económica y las duras condiciones climáticas. Junto a los desayunos, se han articulado operativos de abrigo, entrega de ropa de invierno, asistencia alimentaria y relevamientos puerta a puerta en los barrios más expuestos.

“No se trata solo de dar un café con pan. Se trata de mirar a los ojos, escuchar, acompañar y construir comunidad desde la empatía”, señaló una de las trabajadoras sociales del equipo municipal. El operativo no distingue edades ni condiciones. A nadie se le pregunta por qué está allí. Se lo recibe, se lo abriga y se le ofrece alimento caliente.
Vecinos y vecinas que recibieron el desayuno solidario expresaron su agradecimiento y remarcaron el valor humano de estas acciones. “A veces uno no tiene para arrancar el día. Este mate cocido y ese pan significan más de lo que parece. Te hace sentir que no estás solo”, compartió doña Elena, vecina del barrio Tupac Amaru.
La Quiaca, con esta acción concreta, reafirma que la política social no es una promesa, sino una práctica diaria, sostenida, colectiva. En tiempos de ajustes y recortes a nivel nacional, el municipio responde con presencia y compromiso.