La Quiaca celebró un izamiento histórico junto a los niños de cuarto grado, la comunidad educativa y la emoción de un pueblo entero
En un acto cargado de emoción y patriotismo, la ciudad de La Quiaca —la más septentrional y elevada del país— se vistió de celeste y blanco para izar la bandera argentina en uno de los mástiles más altos de la nación, frente a la imponente Plaza Central. El gesto, más que simbólico, fue un homenaje al amor por la patria en vísperas del Día de la Bandera, y un anticipo esperanzador de las promesas que harán miles de niños jujeños el próximo 20 de junio.
Los protagonistas de esta jornada fueron los alumnos de cuarto grado de la Escuela N.º 440 “Batalla de Quera”, quienes participaron con orgullo y alegría del izamiento, acompañados por docentes, directivos, autoridades municipales y vecinos que se acercaron desde temprano. “Estamos preparando a los chicos para ese momento tan importante que es la promesa de lealtad a la bandera”, expresó Graciela Roel, directora de la institución, agradeciendo especialmente la invitación de la Municipalidad de La Quiaca y destacando la emoción que se vivió entre los alumnos.
La ceremonia fue mucho más que un acto escolar: fue una postal de identidad nacional vivida desde el norte profundo, donde la altitud no sólo se mide en metros, sino en valores. Los niños desfilaron con la bandera, respondieron con entusiasmo a los saludos del público y contaron, entre risas y timidez, que sus familias estaban “felices de verlos” participar de un evento tan significativo. “Me gustó traer la bandera”, repetían con los ojos brillantes y el pecho inflado de orgullo.

El acto también tuvo sus sabores tradicionales. Como todo encuentro que celebra la argentinidad en comunidad, no faltó el chocolate caliente, el arroz con leche y los abrazos entre docentes, alumnos y padres. La alegría se multiplicó entre canciones patrias, palabras de aliento y la certeza de que, en cada rincón del país, hay un corazón que late por la bandera.
Este izamiento no solo fue una antesala al Día de la Bandera: fue una declaración de principios desde los Andes, desde la frontera, desde una ciudad que sabe lo que significa sostener la identidad con firmeza y con amor. En tiempos de incertidumbre, La Quiaca dio un ejemplo: formar ciudadanos con valores comienza con pequeños gestos que se transforman en grandes actos.
Porque en La Quiaca, el cielo parece más cerca… y hoy, la bandera lo tocó con la dignidad de un pueblo que no olvida quién es.