En tiempos donde muchos municipios apenas logran sostener sus servicios básicos, La Quiaca brilla —literalmente— gracias a una gestión que entiende que gobernar también es hacer que lo cotidiano se vuelva extraordinario. Con la determinación que lo caracteriza, el intendente Dante Velázquez avanza en una transformación urbana que no solo mejora la calidad de vida, sino que también construye una nueva identidad para la ciudad.
El reciente cambio de luminarias en el Barrio Éxodo, una obra que a simple vista puede parecer menor, encierra en realidad una triple estrategia de gobierno: combatir la inseguridad, embellecer el espacio público y potenciar a La Quiaca como destino turístico emergente.
Seguridad: una ciudad iluminada es una ciudad protegida
Uno de los principales reclamos de los vecinos de La Quiaca —como en muchas ciudades del país— ha sido históricamente la inseguridad en las calles poco iluminadas. La gestión de Velázquez respondió con hechos, no con excusas. La instalación de nuevas luminarias LED de alta tecnología en el Barrio Éxodo mejora la visibilidad nocturna, desalienta delitos y promueve una mayor presencia comunitaria en los espacios públicos.
“Donde hay luz, hay vida, hay encuentro, hay tranquilidad”, expresó un vecino durante la inauguración. El nuevo alumbrado representa mucho más que una mejora técnica: es una inversión en la paz social y en el derecho de la ciudadanía a habitar su ciudad sin miedo.
Estética urbana: más que funcionalidad, una apuesta a la belleza
La renovación del sistema lumínico también implica una notable mejora en la estética de los barrios, otorgándole a la ciudad una imagen moderna, limpia y ordenada. Las nuevas luces no solo iluminan calles, también realzan fachadas, plazas y caminos, contribuyendo a un entorno más armónico y agradable para vivir y transitar.
Esta lógica de intervención muestra un modelo de gestión que no ve la obra pública como gasto, sino como inversión estratégica, donde cada acción tiene impacto directo en el bienestar colectivo.

Turismo: luz para recibir al mundo
Pero hay una tercera dimensión que hace de esta política un verdadero acierto: el turismo. La Quiaca es un punto fronterizo único, cargado de historia, cultura andina y potencial comercial. Sin embargo, para convertirse en un centro turístico competitivo, necesita infraestructura, orden y belleza.
La iluminación de barrios, calles y corredores turísticos es un paso fundamental para recibir visitantes nacionales e internacionales con estándares de calidad y seguridad. Velázquez lo entendió antes que muchos: el turismo moderno no solo busca paisajes, también busca ciudades bien iluminadas, cuidadas y acogedoras.
Un modelo de gestión con visión integral
El intendente Dante Velázquez está demostrando que gobernar es mucho más que administrar; es planificar, ejecutar y mejorar sin pausa. Con estas obras de iluminación, La Quiaca se pone de pie, deja atrás el abandono y se proyecta hacia el futuro con orgullo y confianza.
Frente a un contexto nacional adverso, La Quiaca no espera milagros ni excusas: actúa. Y en cada nueva luminaria que se enciende, se enciende también la esperanza de una ciudad que crece con dignidad, compromiso y una gestión presente.
Barrio Éxodo, hoy iluminado. Mañana, toda La Quiaca brillando con fuerza propia.