La Quiaca, 20 de junio de 2025.
Desde lo más alto del mapa argentino, donde la tierra se funde con el cielo y las montañas son testigo del paso milenario de los pueblos, el intendente de La Quiaca, Dante Velázquez, compartió un mensaje que resonó con fuerza en todo el país. En el Día de la Bandera, esa enseña celeste y blanca que nos une en la esperanza, la memoria y el coraje, Velázquez recordó que la Argentina necesita más que nunca volver a las raíces de su historia para no perderse en el laberinto del presente.

Con la bandera flameando al viento del altiplano y la cordillera custodiando la escena, el intendente arengó a sus conciudadanos y a todos los argentinos, incluso a aquellos que se encuentran lejos de su tierra y sienten la nostalgia viva en el pecho. “Mandamos un mensaje de fraternidad, un abrazo inmenso para todos los argentinos, estén donde estén”, expresó con emoción.
El momento no fue solo conmemorativo, sino profundamente reflexivo. En medio de una Argentina golpeada por la recesión, la pérdida de empleos, la desigualdad creciente y un desconcierto político que abruma, Velázquez propuso mirar hacia la figura de Manuel Belgrano no como un ícono congelado en los manuales escolares, sino como un ejemplo urgente de vida pública. “Un hombre que terminó sus días en la más profunda pobreza, pero con la dignidad de haberlo dado todo por el pueblo, por la economía nacional, por la educación, por la libertad y la solidaridad”, recordó.

En su mensaje, el jefe comunal hizo especial hincapié en el legado que dejó Belgrano como líder del Éxodo Jujeño, esa epopeya de desprendimiento y amor por la patria que debería inspirar hoy a una dirigencia extraviada en mezquindades y una ciudadanía sumida en el desconcierto. “Hoy deberíamos imitar su compromiso, su sentido del deber, su entrega incondicional al pueblo”, dijo.
Velázquez no esquivó la dureza del contexto actual. “Este es un momento crítico y triste que atraviesa nuestro país”, afirmó. “Pero es justamente en estos momentos donde más necesitamos volver a creer en lo colectivo, en el trabajo compartido, en el sueño de una Argentina más justa desde cada rincón, desde el norte profundo hasta el último puerto del sur”.

El Día de la Bandera no fue en La Quiaca solo un acto protocolar, sino un testimonio vivo del espíritu federal, del patriotismo genuino, del sentido de pertenencia a una Argentina que necesita reconstituirse desde su memoria y su pueblo. Desde la frontera, desde el corazón de la Puna, el mensaje fue claro: “Que el legado de Belgrano nos abrace a todos como una bandera viva, como un símbolo de lo que fuimos capaces y aún podemos ser”.
Porque como concluyó el intendente: “Hoy más que nunca, desde La Quiaca, reafirmamos nuestro compromiso con la patria. Que esta bandera nos una para reconstruir el país que soñamos, con justicia, dignidad y esperanza”.