El Senado volverá el miércoles a tener una sesión presencial con dos temas que alimentarán la grieta entre el kirchnerismo y Mauricio Macri: la cuenta de inversión de 2016, que no es otra cosa que el desglose de ingresos y egresos supervisado por la Auditoría General de la Nación (AGN); y el proyecto para repudiar al presidente de Chile Sebastián Piñeira por firmar un decreto que se apropiaba de una parte de la plataforma continental argentina.
Ambos temas son suficientes para animar la primera reunión con todos los senadores sentados en sus bancas en un año y medio, porque el Senado en pandemia sólo sesionó con un máximo de 20 legisladores presentes sobre un total de 72.
La cuenta de inversión de 2016 es ni más ni menos que la auditoría de una gestión y el oficialismo no está dispuesto a aprobar ninguno de los cuatro años de Macri. El PRO ya prepara su contrataque con la cuenta e 2020, que evaluará la inversión en la pandemia.
La AGN la preside un opositor, que en este caso es el radical Jesús Rodríguez, mientras que la mayoría de los directorio es oficialista y por lo tanto impone los dictámenes. Luego lo revisa la bicameral mixta revisora de cuentas, en la que el Frente de Todos tiene mayoría e impone los dictámenes de mayoría.
Es el que aprobará el miércoles con objeciones a los gastos de los primeros meses de Macri, que no fueron reflejados en la auditoría pero sí por los legisladores.
José Mayans, jefe del oficialismo, le achacó a Macri ignorar el presupuesto aprobado por el Congreso, con un gasto de un billón 569 mil millones de pesos y 104 mil millones de pesos pesos para la deuda pública.
“Introdujo cambios que produjo primero una devaluación muy fuerte y lo llamaron ‘sinceramiento’, que impacta de forma directa en el Presupuesto. Todos esos valores comienzan a cambiar”, denunció y lo repetirá el miércoles.
La pelea con Chile también apunta al PRO, que ni bien Piñeira firmó el decreto para incorporar una parte del plataforma argentina al mar chilena firmó un comunicado institucional en el que no reclamaba esa porción apropiada.
El aún canciller Felipe Solá fue al Senado a reprochar ese comunicado y ningún miembro del PRO dio la cara. Si varios radicales que se desentendieron. El resto del temario transita por declaraciones que no traerían mayores debates. Se habrán agotado antes.