“En lo próximo, estamos a la espera de los sensores de temperatura, humedad y caudalimetros para proseguir con los estudios” ahondó el funcionario. “Se dará por cerrado el proyecto piloto una vez contemos con los datos técnicos que, a su vez, serán comparados con datos teóricos de las hipótesis de ahorros de energía. Esto resultará en diseños bioclimáticos y eficientes energéticamente, efectivos, en viviendas sociales”.
Por su parte, y en referencia al trabajo de relevamiento y mediciones, Irma Padilla coordinadora de Gestión Territorial manifestó “utilizamos elemento de medición con el fin de comparar temperaturas internas, externas y humedad además de la performance de las viviendas con diseño bioclimático, medidas pasivas de eficiencia energética y energías renovables así mismo el trabajo se realiza comparando una vivienda eficiente con otra vivienda vecina”
En relación a las primeras conclusiones a las que se pudieron llegar, Padilla explicó que “las mediciones han sido alentadoras, ya que por ejemplo en La Quiaca medimos el adobe, material al que apostamos por reconocer sus características técnicas y mecánicas, con una temperatura de 22 grados, y medimos la vivienda contigua construida en ladrillo hueco y la temperatura fue de 39 grados, lo que supera el límite de 24 grados de confort térmico en donde seguramente harán uso de un ventilador en invierno”, “inferimos que en esa zona fría y seca, en esa viviendas hace mucho más frio que en la vivienda eficiente, por lo que seguramente necesitaran más energía para climatizarse” aseguró la funcionaria.