La Quiaca, 7 de junio de 2025.
Esta mañana, el Polideportivo “La Escaloneta” se convirtió una vez más en el corazón deportivo de la ciudad. Risas, pelotas, botines y sueños a flor de piel marcaron el pulso de una jornada donde los verdaderos protagonistas fueron los niños y niñas de la escuelita municipal de fútbol, que disputan una competencia interna que no solo promueve el deporte, sino también valores como el compañerismo, la solidaridad y la disciplina.
El intendente Dante Velázquez llegó bien temprano al predio, saludando uno por uno a los pequeños futbolistas que vestían con orgullo los colores de sus equipos. Con su estilo cercano y comprometido, no solo brindó palabras de aliento, sino que también compartió momentos entrañables con las familias, entrenadores y vecinos que acompañaban la actividad.
“Estos chicos son el futuro de nuestra ciudad. Y el deporte no es solo una manera de crecer sanos, sino también una escuela de vida. Acá se aprenden reglas, respeto, trabajo en equipo. Por eso es tan importante sostener estos espacios”, expresó Velázquez frente a padres y entrenadores.
Un semillero que emociona
La competencia interna de la escuelita de fútbol se viene desarrollando desde hace varias semanas, y cada partido es una fiesta. Más que goles, se celebran las ganas, el esfuerzo y la constancia. Con categorías que van desde los más pequeños hasta preadolescentes, la escuelita es un verdadero semillero que, bajo la coordinación de profesores comprometidos, siembra no solo deportistas, sino buenos ciudadanos.
El Polideportivo La Escaloneta, bautizado así en honor al espíritu aguerrido de la selección argentina campeona del mundo, se consolida como el epicentro de una política municipal que entiende que el deporte es inclusión, prevención y comunidad.
Deporte con rostro humano
Dante Velázquez destacó además la necesidad de seguir invirtiendo en infraestructura, equipamiento y formación de profesores. Reafirmó su compromiso con la promoción del deporte en los barrios, en las escuelas, y con una mirada igualitaria que garantice la participación de niñas y niños por igual.
“La alegría que tienen estos chicos es la prueba más contundente de que estamos en el camino correcto. Vamos a seguir fortaleciendo este proyecto. Que cada familia quiaqueña sepa que desde el municipio apostamos a crecer desde la base, desde la niñez, desde el deporte”, concluyó el intendente.
Una ciudad que late al ritmo de sus niños
La imagen final de esta jornada quedó sellada con un aplauso unánime desde las gradas, una pelota al aire, y decenas de niños corriendo detrás de sus sueños. En La Quiaca, donde el clima es duro pero el corazón es cálido, cada partido de la escuelita municipal es mucho más que una competencia: es una celebración de la esperanza, de la vida comunitaria y de la convicción de que el futuro se construye desde el juego.