La comunidad educativa celebró con reconocimientos, recuerdos y una obra colectiva que refleja el espíritu solidario de la institución.
La Escuela N° “Cholele” vivió una jornada cargada de emoción y gratitud en el marco del Día del Personal de Servicios Generales (PSG). Este viernes, desde las 17:30, se realizó un acto homenaje a los trece trabajadores que día a día sostienen el funcionamiento de la institución, con entrega de reconocimientos, regalos sorpresa y palabras de profundo agradecimiento.
La directora del establecimiento, profesora Beatriz Abán, destacó la importancia de su labor:

“Hoy es un día especial. Nuestros trece PSG son parte esencial de esta comunidad. Acompañan la gestión, aconsejan, ayudan en cada decisión y ponen el corazón en todo lo que hacen. Este año sentimos emociones encontradas porque tres de ellos —don Alberto Maigua, doña Eva Abán y doña Severiana Cruz— se jubilan, y son verdaderas historias vivientes de nuestra escuela”, expresó.

Abán remarcó que cada uno de los trabajadores “ha visto crecer la escuela, pasar generaciones de alumnos, colegas y directores”, y por eso el homenaje buscó “devolverles un poco de todo lo que han dado”.
Durante el acto, se rindió especial tributo a don Alberto Maigua, conocido cariñosamente como “El Gordero”, quien cumple 40 años de servicio. Con emoción, recordó los primeros años de la escuela, cuando aún era un terreno baldío:
“Todo esto era campo. Los padres venían con palas y carretillas a cavar los cimientos, traían ladrillos de donde podían. Así levantamos esta escuela, con esfuerzo, comunidad y amor por los chicos”, relató.
Maigua también evocó con orgullo a los cientos de alumnos que pasaron por sus manos:

“He visto salir más de cuarenta promociones. Hoy muchos son profesionales: maestros, abogados, médicos. Algunos hasta son mis compañeros. Verlos volver y saludarme es el mejor premio”.
El trabajador, que se encamina a su jubilación, subrayó la importancia del rol del personal de servicios generales:
“Las escuelas necesitan porteros, siempre. Somos parte de la educación también, porque cuidamos a los chicos y los acompañamos en su crecimiento”.
Obras en marcha: un nuevo techo para la comunidad educativa
Además de la celebración, la directora Abán informó sobre los avances en la obra de techado del patio central, una mejora largamente esperada que se lleva adelante gracias al aporte solidario de los padres y la colaboración de albañiles quiaqueños.
“Los padres están colaborando con la mano de obra, y ya tenemos el 80% de los materiales. Los albañiles —de apellido Fernández y Ramos— trabajan con compromiso, y hemos recibido también el apoyo del comisionado municipal de Barrios, que donó los hierros. Las mamás del primer ciclo vinieron incluso en feriado a pintar columnas y perfiles con sus propios materiales. Es una obra de voluntad y amor por la escuela”, explicó.
Abán agradeció especialmente al grupo de padres que, junto con docentes y alumnos, participan activamente en esta mejora:
“Verlos trabajar los fines de semana, traer carretillas, palas, pintura o herramientas, es un orgullo. La comunidad de la Cholele demuestra que cuando hay unión, todo se puede”.
Un cierre con emoción y gratitud
El acto finalizó con aplausos, abrazos y un mensaje de esperanza. “El Gordero”, antes de despedirse, envió un saludo a todos sus compañeros de trabajo:
“Felicidades a todos los porteros de La Quiaca. Que nunca falte un PSG en las escuelas, porque sin nosotros no hay vida cotidiana. Gracias a las familias que siempre nos acompañan en las buenas y en las malas”.
La celebración en la Escuela Cholele fue mucho más que un acto institucional: fue una muestra de comunidad viva, donde el reconocimiento, la memoria y el trabajo compartido se unieron bajo un mismo techo —el que hoy la escuela construye, ladrillo a ladrillo, con el esfuerzo de todos.
