Si bién por estas horas la prioridad en el municipio andino, es asumir el control sanitario de la comunidad; el intendente la semana anterior reconoció el baj rendimiento de varios de sus funcionarios; asegurando que procederá a realizar cambios para oxigenar el queipo ejecutivo de cara a las próximas elecciones.
Gallardo ya acusa varias renuncias de autoridades; pero la ola de juicios y cuestionamientos legales indefendibles, que asoman lo conducirán sin atenuantes a sanciones, los hechos jurídicos determinan que debe reencauzar sus acciones para recuperar parte del apoyo original de la comunidad que lo llevo a ser la principal autoridad.
Quienes observan la gestión, caracterizada por la falta de expertise, consideran que el perfil clientelista, amparado en movimientos sociales cuyas propuestas asistencialistas degradan la cultura del trabajo, no representan los objetivos cívicos de la mayoría del pueblo de La Quiaca, lo cual hace suponer cambios en el horizonte electoral (2021), donde propuestas con mayor compromiso en materia de control y desarrollo deberán ser escogidas, para sustentar ya en las elecciones ejecutivas la migración hacia metas sólidas que permitan sacar a la ciudad de la postergación.
